EN EL DÉCIMO ANIVERSARIO DEL CENTRO DE ESTUDIOS CARIBEÑOS:
VII COLOQUIO SOBRE CULTURA CARIBEÑA:
“SUCRE Y SUS PENÍNSULAS: IMAGINARIOS CARIBEÑOS DE LA SAL Y EL CACAO”
Realizado por:
Equipo de Investigación del Centro de Estudios Caribeños de la UDO - SUCRE:
Dra. Norys Alfonzo, Lcda. Eleusis Bonillo, Mg. María C. Caraballo, Dra. Magaly Guerrero
Equipo de Investigación del Centro de Estudios Caribeños de la UDO - SUCRE:
Dra. Norys Alfonzo, Lcda. Eleusis Bonillo, Mg. María C. Caraballo, Dra. Magaly Guerrero
V Cohorte del Doctorado en Educación de la Universidad de Oriente
Diseño y montaje: Marlene Soto
El Centro
de Estudios Caribeños de la Universidad de Oriente, Núcleo de Sucre cumplió
diez años de labores ininterrumpidas y ha realizado actividades de
investigación, asistencia a congresos, conversatorios y coloquios. Los días 07
y 08 de julio del 2016 se llevó a cabo el VII Coloquio sobre Cultura Caribeña,
dedicado a nuestro Estado con el título: “Sucre y sus penínsulas: Imaginarios
caribeños de la Sal y el Cacao”.
El Dr. José Sánchez enfatizó
que este tipo de eventos “mantiene viva a la Universidad” y contribuye a
“configurar la historia”, (como diría Paul Ricoeur) del Estado Sucre.
Las actividades se realizaron de la siguiente manera:
Para sus investigaciones ha utilizado como metodología las
“Historias de Vida”. Sus trabajos son todos sobre Araya y se constituyen en
“Tesis ontológica” por las evocaciones y recuerdos familiares, registrados en
la tesis doctoral “Perspectivas y reflexiones educativas para la construcción
socio-histórica del currículo familiar”.
En el
siglo XVI se desarrolló la industria de salazones en diferentes lugares de
Europa que absorbía buena parte de la producción de sal a medida que se incrementaba
la producción y consumo de pescados y permitía condimentar y preservar los
alimentos.
El Rey
Felipe III de España ordenó la construcción del Castillo en 1604, para repeler
la acción de la piratería. En 1622 se construyó el Castillo de Araya, “La Gran
Fortaleza Real, Fuerza de Santiago de Arroyo de Araya”. Santiago, por el
Santo patrón de España; Arroyo, por el gobernador de Cumaná, Don Diego
de Arroyo y Daza; Araya, por el lugar donde se construyó. El mantenimiento
de esta Fortaleza resultó con el tiempo de un alto costo. Un siglo después, en
el siglo XVIII, el 6 de enero de 1762, por Real Orden se decidió demolerlo o
desmantelarlo. Se procedió a colocarle explosivos, por lo que hoy, en el siglo
XXI puede observarse sus muros resquebrajados y sus galerías subterráneas
hundidas.
Otro
aspecto de la historia de Araya es su relación con las islas vecinas,
particularmente con la Isla de Coche.
La
extracción de la sal se realizaba en varias etapas:
Como se dijo anteriormente, la
cineasta Margot Benacerraf se involucró directamente con la vida en la
península de Araya. Coincidió con ello, en primer lugar, su motivación personal
como cineasta en 1956, cuando ella estaba trabajando sobre un tríptico fílmico
de tres cuentos venezolanos: uno sobre los llanos, otro sobre los Andes y el
tercero sobre el mar. Ya había concluido su trabajo sobre los Andes y los
Llanos. No sabía todavía en qué lugar filmaría el “cuento” sobre el mar. En una
reunión entre intelectuales y artistas en la casa del escritor Mariano Picón
Salas, vio en una revista Elite (muy
famosa en su época) la fotografía de “las pirámides de sal de Araya”, lo cual
llamó su atención y le preguntó al grupo dónde quedaba Araya. Al día siguiente,
Don Mariano Picón Salas propinó la información: “en el Estado Sucre. Hay que ir
primero a Cumaná” y Margot Benacerraf se vino al Estado Sucre.
En Araya descubrió que existía
un decreto presidencial para mecanizar la producción de la sal. La cineasta
pudo observar cómo se producía la explotación de la sal de manera rudimentaria
y sabía que ese modus vivendi sería
suplantado por otro.
El esfuerzo de Margot
Benacerraf no fue en vano. El 13 de mayo de 1959 recibió dos Premios del Famoso
Festival Cinematográfico de Cannes: Premio de la Crítica Internacional por la Película Araya y el Premio de la
Comisión Superior Técnica.
EVOLUCIÓN DEL COMPLEJO SALINERO
En 1993 este capital había
crecido a 615 millones de bolívares, siendo las Salinas de Araya las de mayor
producción, con equipos de refinación y molienda; después le seguían la salina
de los Olivos en el Estado Zulia; las Chaguaramos en Falcón; la de Coche y
Pampatar en el Estado Nueva Esparta y las de Píritu, en Anzoátegui.
Afiche del Evento |
El inicio
del VII Coloquio contó con la presencia del Doctor José Sánchez, Coordinador de
la Comisión Central de Curricula; y el Magíster Oliden Lizardi, Director de la
Escuela de Humanidades y Educación, quienes llevaron a cabo la Instalación de
este Coloquio, recordando a todos los presentes que el Centro de Estudios
Caribeños ha cumplido ya diez años de labores llevando la visión
trandisciplinaria a las diferentes temáticas de los coloquios.
En esta
oportunidad se ha escogido al Estado Sucre y sus penínsulas como ejes de
reflexión en torno a las dinámicas económicas y socioculturales presentes en el
Estado Sucre.
Instalación del Evento, Prensa UDO Sucre
Alfremary Marval Ortiz/ Fotos: Erwig Delgado.
|
Por su parte, el Magister
Oliden Lizardi celebró la presencia del Dr. Andrés Salazar por su gran
profesionalismo y calidad humana. Además, se une al “esfuerzo conjunto” que
realiza el Centro de Estudios Caribeños con la Escuela de Humanidades y
Educación para propulsar con este tipo de actividades la integración, el encuentro
y diálogo de saberes que contribuyen a ampliar nuestro conocimiento sobre las
penínsulas del Estado Sucre.
Instalación del Evento, Prensa UDO Sucre
Alfremary Marval Ortiz/ Fotos: Erwig Delgado.
|
La semblanza biográfica y profesional
del Dr. Andrés Salazar y la conducción de esta jornada estuvo a cargo de la
Dra. Norys Alfonzo, Coordinadora del Grupo de Investigación del Centro de
Estudios Caribeños.
Las actividades se realizaron de la siguiente manera:
Jueves
07 de julio de 2016
JORNADA DE LA MAÑANA
- Conferencia
Inaugural: “Sal
y Vida: simbiosis para tejer encuentros con lo vivido en la Península de
Araya”.
Ponente: Dr. Andrés Salazar, UDO
Nueva Esparta
El Dr.
Andrés Salazar señaló que su investigación surgió a raíz de una experiencia
personal desde su temprana infancia: haber participado en la película Araya, de la cineasta Margot Benacerraf.
Sus padres y hermanos son los protagonistas en la sección de la película dedicada
a la explotación de la sal. La película está narrada por el dramaturgo y actor
José Ignacio Cabrujas. Se enfoca en tres actividades económicas esenciales en
la península de Araya: la explotación de la sal, la pesca y la producción de
cerámica en Manicuare.
Dr. Andrés Salazar.
Prensa UDO Sucre / Alfremary Marval Ortiz/
Fotos: Erwig Delgado.
|
El Dr. Salazar culminó su investigación Araya: más allá de la sal: comprensión socio histórica de las
manifestaciones populares en los pueblos de la península: Municipio Cruz
Salmerón Acosta, en la que recoge elementos históricos, sociales y culturales
de todos y cada uno de los pueblos que conforman la península de Araya.
La exposición se basó en el texto de su autoría: Sal y vida: simbiosis para tejer encuentros
con lo vivido, en el que se refiere a la presencia de la sal en la
historia, como un importante rubro económico en la antigüedad. De hecho, la
palabra SALARIO, viene de la
explotación de la Sal. De ahí se deriva la palabra ASALARIADO. No se usaban las monedas; se pagaba con sal. Además, comentó que “la sal era aquello por lo que se desvivía”. Las antiguas
civilizaciones conocieron la sal: los Chinos, el Imperio Romano, los Mayas.
Estos la comercializaron empleándola como moneda. Durante la Edad Media se
utilizó como recurso de desarrollo en Europa. Fueron famosas las salinas de
Bourgneuf, cerca de la Rochellle (Francia) y las de Lunenburg y Salzburg
(Alemania).
Mujer transportando una cesta en
la cabeza llena de arenques en salazón.
Imagen tomada de: https://es.wikipedia.org/wiki/
|
El
profesor Salazar indicó que el uso y consumo de la sal se popularizó y produjo
un fuerte intercambio comercial durante la Conquista de América. Los colonos
“convirtieron a las salinas del continente en objetivos fundamentales de su
dominio”, a tal punto que en algún momento llegó a ser más cotizada que el
propio oro.
Venezuela
también formó parte de esta historia de las salinas, a partir del siglo XVI, en
1499 cuando comenzó a explotarse la sal en Araya. Prontamente alcanzó fama
porque se constituyó en un mercado seguro para los piratas holandeses,
franceses e italianos, debido a la falta de defensas que había en toda la costa
oriental de Venezuela y, por otra parte, porque la sal de Araya tenía una
dureza como de piedra que resistía el calor y la humedad de la larga travesía
del Atlántico.
El
investigador Salazar señaló que en Araya “se acercaron piratas y
corsarios, mercaderes de esclavos, traficantes de perlas, ladrones de sal e
hicieron de este pueblo y sus alrededores el centro de piratería del Caribe”.
Por esta razón se construyó la “Real Fortaleza de Santiago de Arroyo de Araya”,
“El Castillo de Araya”, en la voz popular, considerado la segunda fortaleza más
importante de las Indias Occidentales.
RECUENTO
HISTÓRICO DE LAS SALINAS DE ARAYA
Otro
aspecto señalado por el Dr. Andrés Salazar se relaciona con la historia de la
Salinas de Araya.
La etnia Guaiquerí ya
estaba establecida cuando llegaron los españoles en 1499. Vivían de la pesca y
de la caza. El lugar se conocía como HARAIA, que en lengua warao significa
“tierra que sobresale”. En el transcurso del tiempo su fonética cambió a la
palabra ARAYA.
En 1499
arribaron a la península los españoles Cristóbal Guerra y Pedro Alonso Niño, en
el tercer viaje de Cristóbal Colón. Vieron una laguna de sal muy grande y le
dieron el nombre de “la gran Salina”. Se
decía que Araya era un pueblo de “almas extraviadas”. Le comunicaron al rey de
España este hallazgo. A partir de ese momento comenzó la explotación de las
Salinas de Araya por 42 años.
En 1542
comenzó la explotación extranjera de las Salinas de Araya con la irrupción de
los holandeses, que se apoderaron de ella. Posterior a esta fecha, las Salinas
de Araya fueron objeto de constantes ataques de piratas, corsarios y filibusteros
de origen holandés, francés e inglés. Hubo un encuentro naval entre españoles y
holandeses. De esta manera, España reconquistó “sus” derechos sobre Araya. Pero
los piratas continuaron su asedio.
Imagen tomada del: Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004-2006 |
EXPLOTACIÓN
DE LA SAL POR HABITANTES DE COCHE Y ARAYA
Imagen tomada de:
|
El Dr.
Andrés Salazar indicó que los españoles se fueron de Araya en 1762. Por mucho
tiempo la zona de las salinas se convirtió en un lugar de tránsito de los
habitantes de los pueblos de Manicuare, Araya, El Rincón, Punta de Araya y de
los visitantes de la isla de Coche.
Las
personas de las diferentes zonas de la península construyeron caminos y
carreteras -muy accidentadas-que conducían hacia Araya y las Salinas, por el
deseo de trabajar en la sal. Arayeros y cocheros trabajaron sobre los escombros
dejados por los españoles y asumieron el trabajo de las cortaduras de la sal, de manera artesanal y primitiva.
Imagen tomada de:
http://scalisto.blogspot.com/2011/06/
margot-benacerraf-araya-1959.html
|
a) Inicio
de la Actividad: Al caer la noche los hombres iban con sus
“chalanas” o “alijos” al corte en las aguas calientes de las salinas. Usaban
botas de cuero o alpargatas para evitar las cortaduras que les producía la sal.
b) Corte
de la sal: Para cortar la sal se utilizaba picos y barrenas con las
que rompían los bloques o tejos de
sal, que luego eran sacados del fondo de la laguna con las manos.
c) Transporte
de la sal: Una vez que llenaban las embarcaciones, uno o dos hombres
conducían la flota hasta los muelles lavaderos.
d) Uso de
la “macana”: En el muelle otros trabajadores esperaban la
chalana para descargar la sal y macanarla,
es decir, desgranar la sal con una macana,
utensilio hecho con un palo corto y un hierro en la punta. Ahí le tiraban
baldes de agua para lavar la sal, dejando que se escurriera el mineral.
e) Transporte
de la sal: en maras y en
carretillas hasta los pillotes para
ser trabajada por los barreteros.
Se
puede hablar, en consecuencia, del desarrollo de diferentes áreas de
especialización en el trabajo de la sal
de manera rudimentaria:
Imagen tomada de: http://shangols.canalblog.com/archives/ 2011/06/15/21404612.html |
- Barreteros:
Cortaban la sal endurecida en los pillotes.
Cuando la sal era desprendida del pillote rodaba cuesta abajo. Otros
hombres gritaban a viva voz: “Vista abajo…vista abajo”. Era una actividad
muy dura y esclavizante. El jornalero debía colocarse en la cabeza la mara, un saco o bolsa con capacidad para 64 kilos de sal. Sólo
se le pagaba a cada jornalero un real por cada mara.
- Empacadoras:
Cuando la sal estaba esparcida por el suelo entraba en juego el trabajo de
la mujer. Eran ellas quienes empacaban la sal en sacos. De allí su nombre:
empacadoras.
- Actividad
de pesar los sacos, coserlos y colocarlos en arrume.
- Actividad
de montar los pesados sacos en un camión para transportarlos al muelle
donde los esperaban los estibadores.
- Estibadores:
eran las personas que colocaban los sacos de sal en las bodegas de la
embarcación. Al finalizar esta tarea, la bodega del barco era cubierta con
una lona, y luego la nave emprendía su recorrido por los mares del mundo
hacia sitios lejanos.
LA
CINEASTA MARGOT BENACERRAF EN ARAYA
Cineasta: Margot Benacerraf
Imagen tomada de: |
Imagen tomada de la película ARAYA: http://filmschoolshorts.tumblr.com/post/ 101041339847/araya-1959 |
Su proyecto cinematográfico
coincidió, entonces, con el cambio socio-productivo y cultural que iba a sufrir
la Península de Araya. La autora recorrió toda la península y se involucró con
la vida cotidiana de sus pobladores. Escogió tres familias pertenecientes a
tres pueblos distintos: la familia Salazar, de Araya, a la cual pertenece el
Dr. Andrés Salazar; esta familia trabajaba en pleno en las salinas, incluyendo
a la madre que era empaquetadora. La familia Ortiz, del pueblo de El Rincón y
era una familia de pescadores; y la familia Pereda, de Manicuare, era una
familia de ceramistas[1]. A
través de ellos se narra la vida de los habitantes de Araya en el momento en
que desaparece la “Araya artesanal” para dar paso a la “Araya mecánica”, “(…) que
fue invadida de un golpe, provocando un gran conflicto humano”, porque iba a
alterar la economía cerrada que practicaban los habitantes de Araya, ya que
vivían en función de la pesca y de la sal. Margot Benacerraf declaro: “(…) Era
la dignidad del hombre lo que me interesó, filmé esos rostros y esas vidas
porque son irreemplazables (…)”.
Imagen tomada de:
http://scalisto.blogspot.com/2011/06/
margot-benacerraf-araya-1959.html |
EVOLUCIÓN DEL COMPLEJO SALINERO
Otro de los aspectos tratados
por el Dr. Andrés Salazar se relaciona con la evolución contemporánea de la
empresa de la sal. Fue creada en los años 1959-1960. El 14 de febrero de 1969,
después de 10 años de mecanización, el Instituto Venezolano de
Petroquímica dio origen a la Empresa Nacional de Salinas, C.A. (ENSAL), “con el
objeto de explotar y desarrollar, en forma exclusiva, la totalidad de las
salinas de todo el país”. ENSAL fue creada con un capital de 7 millones de
bolívares.
Imagen tomada del: Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004-2006 |
1977: en
noviembre se transfieren las acciones de ENSAL a la Petroquímica de Venezuela,
S.A. -PEQUIVEN-.
1978:
(Febrero) Pasa al Fondo de Inversiones de Venezuela.
1984: Actos
de corrupción administrativa e improvisación disminuyen la eficiencia de ENSAL.
1995: el 17
de agosto pasó a manos de TECNOSAL.
?: Posteriormente tomó el
nombre de SACOSAL
2009: se
anuncia en la prensa regional que SACOSAL se transformaría en empresa
socialista:
Diario Región, el 10 de julio
de 2009: “SACOSAL SERÁ UNA EMPRESA DE PRODUCCIÓN SOCIALISTA”.
Diario Sol de Margarita, en su edición
del 09 de agosto de 2009: “RESCATADAS LAS SALINAS DE ARAYA COMO EMPRESA
SOCIALISTA”.
2014 - 2017: La
administración de la Empresa está en manos de PDVSA INDUSTRIAL, S.A.
Para finalizar su exposición,
el Dr. Andrés Salazar señaló que después de 517 años de haber sido avistada por
los expedicionarios Cristóbal Guerra y Pedro Alonso Niño, hoy día la empresa de
la sal en Araya se ve bastante descuidada y abandonada. Es una verdadera
reliquia histórica.
Los habitantes de la Península
de Araya han sido testigos de esta fluctuación de la Empresa y de su progresivo
deterioro. En este sentido, su testimonio es invalorable. Él agradeció la
colaboración de mujeres y hombres salineros y pescadores. Son verdaderos testimonios vivientes, que con su
experiencia narrativa y sus relatos le han permitido realizar esta
investigación.
En el año 2017 se cumplirán cien años de la llegada de los
cocheros a la península de Araya. Se
espera la realización de un gran encuentro entre pueblos hermanos que han
compartido la misma geografía, historia, cultura y modo de vida.
PARTICIPACIÓN DEL PÚBLICO:
El público asistente también expresó su opinión sobre el
tema:
- El Dr. Andrés Salazar es una
persona de gran calidad humana. Se le reconoce su labor docente e investigativa,
pero también su condición humana.
- Muy interesante abordar la
investigación a partir de las Historias de Vida como se ha hecho en la
presente investigación. Deja entrever cómo Araya es una ciudad histórica
con destino turístico.
- La primera batalla naval que se
dio en América fue ésta, en Araya
con más de cien navíos, en la que se enfrentaron los españoles y los
piratas holandeses que asediaban permanentemente las Salinas de Araya. A
raíz de esto se construyó el Castillo de Araya.
- Llama la atención la presencia
de las personas de la isla de Coche en Araya. El Dr. Andrés Salazar
explicó que los “cocheros”, las personas procedentes de la isla, le dieron
mucha vida a Araya. Inclusive, su propia familia vino de allá, la familia
Salazar Frontado en 1917. La isla de Coche también tenía salina. Los
cocheros de esa época enseñaron a los arayeros a trabajar nuevamente la salina.
Imagen tomada del: Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004-2006 |
[1]
Los primeros veinte minutos de la película corresponden a la familia Salazar y
su trabajo en las salinas. Este fragmento fue proyectado al inicio del
Coloquio.