OCTAVO ANIVERSARIO DEL CENTRO DE ESTUDIOS CARIBEÑOS:
Conversatorio del "Día Internacional de la Mujer"
Mujer y Literatura
Conversatorio del "Día Internacional de la Mujer"
Mujer y Literatura
Cumaná 27 de marzo de 2014
(continuación)
(continuación)
Por:
Dra. Norys Alfonzo, MSc. Ma. Carolina Caraballo, Dra. Magaly Guerrero,
Equipo de Investigación del Centro de Estudios Caribeños
de la Universidad de Oriente
Diseño y montaje: Marlene Soto
En segundo lugar, expuso la escritora Esmeralda Torres. Para
ella hubo cuatro momentos fundamentales en su vida que influyeron en su vocación literaria:
d. Talleres de
Escritura: El escritor Rubi Guerra fue de gran
influencia, a través de los talleres literarios en la
Casa Ramos Sucre. Allí pudo compartir con
otros sus escrituras y lecturas. Así se fue acercando a la literatura.
Foto: Lcdo. Rubén Guerra |
a. El acercamiento a la
lectura: Para ella es difícil que exista un
escritor que no sea lector. Los libros de colección fueron su fuente de lectura
en esta etapa inicial, aunado a la actividad de la madre, quien le contaba
cuentos en las noches. Un momento crucial para ella fue cuando en unas
vacaciones su madre le recomendó dos libros, de los cuales uno le pareció
triste, Marianela, del español Benito
Pérez Galdós, mientras que Cien Años de
Soledad, del autor colombiano Gabriel García Márquez, le pareció ameno.
b. El Tratado de la
envidia: A través del recuerdo de una compañera
de bachillerato que escribía muy bien pudo constatar que sí se podía ser lectora y escritora a la vez.
c. La Universidad de Oriente: En los pasillos de la Mención de Castellano y
Literatura entró en contacto con personas con intereses literarios, lo que le
sirvió de estímulo para continuar con sus actividades en el mundo de la literatura.
Foto: Lcdo. Rubén Guerra |
Finalizó su conversación afirmando que no hay nada que la separe
de la escritura: no hay marido, hijos, obstáculos para escribir si hay conexión
especial con la creación.
La tercera intervención fue llevada a cabo por la profesora Sandra
Bruzual:
Señaló
que ha habido muchos cambios en su vida. Comenzó a escribir en la Universidad. Sin
embargo, la lectura se incentivó en su infancia cuando robaba las novelas de
vaqueros que leía su padre y ella se preguntaba “¿Qué tendrá de bueno el libro
que atrae a papá?.
Su vida
cambió cuando ingresó en la Universidad del Zulia. Iba a estudiar Idiomas
pero optó por la carrera con menos demanda: Letras. Allí conoció a los
escritores Hernor Rivera, César David Rincón, Victor Fuenmayor, profesores y
escritores reconocidos que incentivaron en ella el entusiasmo por el acto de escribir.
El
contacto con el recital poético en donde Lydda Franco era la figura principal,
también fue una actividad estimulante para su escritura. Luego vinieron las revistas
literarias y los concursos literarios.
La
experiencia en Cumaná fue de extrañamiento: sin amigos, sin con quién
compartir, hasta que se dio la actividad de los talleres literarios en la Casa Ramos Sucre. Allí
conoció a Adriana Cabrera, Rubi Guerra, Osvaldo Acevedo, entre otros. Esto significó una gran
experiencia en su formación literaria. Trabajó en la Dirección de Cultura del
Estado hasta que ingresó a la UDO. Se
atrevió a enviar sus trabajos en el Concurso literario de los profesores.
La vida
le ha dado unos golpes terribles que la mantuvo alejada de la escritura por una
temporada en la que se dejó arropar por la cotidianidad, el trabajo y los
hijos. Ya se ha alejado del tema de la muerte. Haberlo superado le ha ayudado a
escribir de nuevo, ahora desde el erotismo. Lectora de literatura de mujeres, le
ha llamado la atención su atrevimiento en la escritura. No es fácil expresar el
erotismo, es más difícil que expresar la sexualidad. Para finalizar, expresó que la
palabra de los poetas muchas veces es profética.
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