Casa de hablas: El oficio poético como transmutación de lo cotidiano
Homenaje a Ana Enriqueta Terán
Por
su parte, la profesora Sol Pérez inició su exposición recordando cómo desde las
cátedras universitarias se ha involucrado con la lectura de la obra de Ana
Enriqueta Terán.Y en el evento FILVEN 2014_ Cumaná, tuvo el privilegio de presentar la
obra Piedra de Hablas, editada por la
Biblioteca Ayacucho (No. 252) basada en una selección antológica de la obra
poética de la autora. Se destaca el gran prólogo y cronología del libro que
reseñan ampliamente la vida y obra de la escritora.
Por:
Dra. Norys Alfonzo , Licenciada Eleusis Bonillo, Dra. Magaly Guerrero,
Dra. Mariela Longart, Dra. Carolina Lista,
Equipo de Investigación del Centro de Estudios Caribeños
de la Universidad de Oriente
Diseño y montaje: Marlene Soto
Dra. Norys Alfonzo , Licenciada Eleusis Bonillo, Dra. Magaly Guerrero,
Dra. Mariela Longart, Dra. Carolina Lista,
Equipo de Investigación del Centro de Estudios Caribeños
de la Universidad de Oriente
Diseño y montaje: Marlene Soto
El
Centro de Estudios Caribeños (CEC) del Núcleo de Sucre de la Universidad de
Oriente, motivado por el Día Internacional de la Mujer realiza cada año un Conversatorio
en homenaje a la mujer venezolana que se haya destacado por su labor social,
profesional, artística, investigativa, humanística. El día cuatro de abril de
este año 2018, el CEC honró y reconoció la labor de la gran poeta venezolana Ana Enriqueta Terán, recientemente
fallecida el 18 de diciembre del 2017, a la edad de noventa y nueve años. A lo
largo de su vida escribió varios e importantes libros de Poesía, por los que
recibió en 1990 el Premio Nacional de Literatura. Su obra habla por sí misma:
Al
norte de la sangre, 1945
Presencia
terrena, 1949
Verdor
Secreto, 1949
De
Bosque a Bosque, 1971
El
Libro de los Oficios, 1975
Música
con Pie de Salmo, 1985
Casa de Hablas,
1991. Este es un volumen antológico publicado por Monte Ávila que recoge textos
de los poemarios ya mencionados y agrega una selección de poemas de nuevos
poemarios, a saber:
Libro
en cifra nueva para alabanza y confesión de islas, Casa de hablas, Libro de
Jajó,
Casa
de pasos.
Albatros,
1992
Construcciones
sobre basamentos de niebla, 2006
Autobiografía
en tercetos trabados con apoyos y descansos en don Luis de Góngora,
poemario que terminó de escribir en 1994 y lo publicó en el año 2007.
Obra
inédita:
Una
novela titulada: Apuntes y congojas sobre
una decadencia novelada en tres muertes
El
Conversatorio se llevó a cabo en la Sala 33 del Departamento de Filosofía y
Letras, espacio dedicado a las actividades de Extensión e Intercambio de Saberes
y tuvo como ponente a la Doctora Sol Pérez, profesora del Departamento de
Filosofía y Letras (Núcleo de Sucre). Sus alumnos realizaron la lectura,
análisis y comentario de poemas de la autora.
La
actividad se inició con la intervención de la Doctora Carolina Lista, Directora
del Departamento de Filosofía y Letras y miembro del equipo de investigación
del Centro de Estudios Caribeños. Destacó aspectos resaltantes de la vida y
obra de Ana Enriqueta Terán, en especial las actividades multifacéticas que
realizó, no sólo en el ámbito de la Poesía, sino en labores diplomáticas, sus
viajes, su amor por el trabajo literario, animación cultural, gusto por la alta
costura, las labores femeninas, la belleza.
Otro
aspecto señalado por la profesora Lista es el origen de la expresión “Casa de
Hablas” que da nombre a un volumen antológico de la poesía de Ana Enriqueta
Terán. Pues bien,“Casa de Hablas” es el nombre que Ana Enriqueta dio a su
hogar, en su pueblo trujillano Jajó, por ser un lugar de encuentros entre
poetas, amigos, escritores y artistas. Así mismo, también se destacó el
significado y trascendencia en la obra poética de Ana Enriqueta Terán la
expresión: “Cuando yo sea realmente vieja mi Poesía ganará lucidez”.Comentario
realizado en una entrevista que nos habla de su conciencia creadora, de cómo el
buen Arte se cultiva en el tiempo, en el constante trabajo cotidiano.
Imagen tomada de: https:// www.bibilotecaayacucho.info.cl252 |
Uno
de los aspectos biográficos que resaltó la investigadora Sol Pérez fue el
contacto que tuvo Ana Enriqueta con nuestro poeta cumanés Andrés Eloy Blanco,
cuando él estuvo viviendo en Valera (Estado Trujillo) en 1931, después de haber
estado preso en el Castillo de Puerto Cabello por haber participado en los
acontecimientos del año 1928 contra Gómez y fue confinado a esta ciudad, en
categoría de “casa por cárcel”. Andrés Eloy se hizo amigo y compadre de la familia
Terán Madrid. Su casa también fue un centro para la Poesía. Allí el poeta
reconoció el talento de la niña para la escritura poética, cuando revisó sus
cuadernos.
Cuenta
Ana Enriqueta que a la edad de trece años frecuentaba la casa del poeta
cumanés. Un día fue a almorzar a su casa y “[…] el Dr. Blanco se queda con una
caja de galletas donde yo guardaba todos mis borradores, mis cuadernos, y se
pone a leer poesía mía, y luego llama a mi mamá y le dice ˈcomadre, tenemos una
poeta, aquí tenemos una poetaˈ [En: Piedra
de Hablas: 2014,352] Para la profesora Sol Pérez éste fue un “detonante”,
un gran aliciente para que Ana Enriqueta asumiera su poesía con gran pasión y
profesionalismo. Y, en efecto, agregó la investigadora: “La sentencia de Andrés
Eloy se hizo realidad”.
La
presencia del poeta cumanés en su poesía fue permanente. Cuenta Ana Enriqueta
otra anécdota: en 1940 fue invitada a participar en el Festival de la Décima,
con una de sus “Décimas Andinas”. Era la primera vez que leía sus poemas en
público:
La luna de cuatro días
sobre la vieja laguna
se descoyunta la luna
la luna de cuatro días
Fantasmas en cacería
desandan por los caminos
en el trigal los molinos
están ahuyentando perros
qué tristes se ven los cerros
parados en su destino
Al
finalizar la lectura, Ana Enriqueta fue ovacionada y Andrés Eloy Blanco,
aplaudiendo emocionado, gritó desde el público: “¡Esta poeta es hechura
mía”! [En: Piedra de Hablas: 333]
En
otro sentido, también se aludió a la natural coquetería femenina de Ana
Enriqueta, una hermosa mujer que nunca descuidó su aspecto físico y que desde
la intimidad de su hogar honró su oficio de escritora y poeta hasta en la
manera de vestirse, acicalarse y peinarse, actos cotidianos que la poeta
ritualizó como la antesala a su quehacer poético. Así lo expresó en una
entrevista:
[…] Creo en la sacralización de la poesía y creo que hay una parte de sagrado en mí. Así lo siento, por eso mantengo un ritual para escribir: me levanto, me arreglo, me maquillo, me siento frente al papel, no de cualquier forma, sino con tacones altos. Me quedo un rato pensando, me persigno y empiezo a escribir con gran respeto [En: Piedra de Habla: 343].
No hay comentarios:
Publicar un comentario