miércoles, 6 de diciembre de 2017

CRÓNICA DE LO COTIDIANO

“ZENAIDA VARELA: VOCACIÓN DOCENTE Y COMPROMISO SOCIAL”


Realizado por:
Equipo de Investigación del Centro de Estudios Caribeños de la UDO - SUCRE:
Dra. Norys Alfonzo, Lcda. Eleusis Bonillo, Mg. María C. Caraballo, Dra. Magaly Guerrero,
MSc. Carolina Lista, Dra. Mariela Longart, MSc. Mariangela  Malavé
Diseño y montaje: Marlene Soto



El Centro de Estudios Caribeños de la Universidad de Oriente, Núcleo de Sucre, celebra todos los años el Día Internacional de la Mujer. Para ello honra a mujeres del Estado y del Oriente del país, que se han destacado por sus valiosos aportes a las comunidades en donde viven o han vivido. Este año 2017 el CEC-UDO ha homenajeado a la inolvidable cumanesa Zenaida Varela, a través de las VII Jornadas de Reflexión dedicadas a la Mujer, con el título de “Zenaida Varela: Vocación Docente y Compromiso Social”, que se realizó el día 29 de marzo del año en curso.
Profa. Carolina Lista
Foto: Profa. Mariangela Malavé
La presentación de dicho evento estuvo a cargo de la profesora Carolina Lista, integrante del Equipo de Investigación del CEC. Como invitados especiales contamos con la presencia de la profesora Larissa Varela y del cronista de Cumaná, Dr. Ramón Badaracco.

La profesora Carolina Lista inició el conversatorio destacando el logro de mujeres cumanesas en pro de la comunidad. En este sentido, no se dudó en escoger a Zenaida Varela por sus múltiples y benéficas actividades. La profesora Lista también señaló que nuestra homenajeada puede ser considerada como “madre que parió espacios  para fundar a Cumaná”, a partir de una vocación docente desde el Alma. Toda su vida la dedicó a la familia  y a proyectar a Cumaná como espacio de grandes héroes y poetas.

El conversatorio se inició con la exposición del Dr. Badaracco y que se transcribe a continuación:

I. BIOGRAFÍA DE ZENAIDA 
Dr. Ramón Badaracco
Foto: Profa. Mariangela Malavé
El Doctor Tulio Badaracco, ex alumno y amigo de Zenaida Varela inició su disertación con estas palabras: “[…] Ahora se trata de la vida y de la obra de Zenaida Varela, gran amiga, una verdadera heroína al estilo de la madre Teresa de Calcuta, pero no dedicada a una sola empresa, sino que lo quería hacer todo; y no le alcanzó la vida para su empeño”.

“Zenaida fue la hija menor del matrimonio entre Don Rafael Varela Rodríguez y Doña Carmen Mago, ambos de la progenie de los grandes maestros Silverio González, Silverio González Varela y Don Benigno Rodríguez Bruzual, que conjuntamente con el Dr. Domingo Badaracco, fueron los ductores responsables de la generación de oro de Cumaná.

Zenaida fue la menor de tres hermanos de ese matrimonio: el mayor Alejandro, brillante abogado, polémico, un verdadero guerrero de la honestidad de la profesión, todo un maestro[...]; su otro hermano, Leopoldo, formidable e inolvidable Director del histórico colegio Silverio Córdoba, maestro como Zenaida, riguroso en extremo, ante una generación revoltosa y agresiva a la cual tuvo que disciplinar, y lo logró.

Zenaida fue bautizada, como se acostumbraba en aquellos tiempos, como Carmen Teresa Luisa Beltrana Zenaida, así lo hacíamos casi todas las familias de origen hispano. En mi caso a nuestra primogénita nacida en Madrid –España-, la presentamos ante el consulado de Venezuela, como Diana María Isabel Clara Eugenia, los nombres de su mamá y sus abuelas. Ahora no se debe hacer eso porque tantos nombres no caben en la cédula de identidad.

Zenaida y yo fuimos buenos camaradas, que estábamos juntos en todas las cosas de nuestro pueblo, sin mayores pretensiones. Nunca fuimos empleados públicos, yo solo era un abogado en ejercicio que fui conocido como “Abogado de los pobres”; y ella una maestra que solo tenía amor en su corazón y poco pan para repartir. Pero en sus manos se operaba el milagro de Dios: al repartir sobraban los peces y los panes.

Imagen tomada de: http://cronologiadevenezuela.blogspot.com/
2013/08/terremoto-destruye-cumana.html
Muchas cosas nos unieron en esa lucha que tuvo tantas coincidencias. Nuestra amistad venía de lejos. Mi padre Marco Tulio Badaracco, vecino de la familia de Zenaida contaba que, cuando sucedió el terrible terremoto del 17 de enero de 1929, a eso de las 7,34 am., tanto mi familia como la de los Varela Rodríguez, que habitaban en la calle Páez, detrás de la iglesia y sus casas sufrieron los rigores del temblor, esa callejuela que se hizo famosa por las carpas que se instalaron y a donde todo mundo concurría, y se hicieron notables las tertulias y las anécdotas; la calle “Páez” que pasa por detrás de la Catedral, donde todas las casas se derrumbaron y sus moradores vivieron momentos de terrible angustia; sucedió que, mientras mi padre paseaba a mi hermana Tulia María, que aún no había cumplido los dos años, jugueteaba con Zenaidita, de nueve años, y corriendo y jugando estaban cuando se produjo el terrible impacto del terremoto. Papá como pudo cargó a Tulia María que aterrorizada se aferraba en sus brazos, mi padre corrió hacia su casa, mientras Zenaida, derrochando coraje, como es ella siempre, también corrió hacia su casa derrumbada; mi padre trató de impedírselo, pero no pudo: Zenaidita se soltó y entró, entre los escombros para ayudar a su familia, que milagrosamente salvaron sus vidas.
De Zenaida tenemos muchas historias como ésta, que muestra su arrojo, su amor desbordado, exponiéndolo todo como llevada por el mismo Dios. Ella no tuvo tiempo para enamorarse, se conservó virgen, y decía que ella era la esposa de todos los alumnos del Liceo”.

LA EDUCADORA
Zenaida Varela se destacó en diferentes actividades. El Doctor Badaracco se refirió, en primer lugar, a su labor docente:
Profesora Zenaida Varela
Foto: Cortesía de Larissa Varela
“Zenaida, la maestra de Historia, porque amaba a Cumaná, y en la materia de Historia, fue autodidacta. Ella no estudió en el Pedagógico de Caracas, como Lourdes Figueroa, su compañera de trabajo. Ella todo lo que sabía de historia lo aprendió en Cumaná, en sus estudios de primaria y secundaria, y más aún, en la biblioteca de sus padres y abuelos: aquella biblioteca de sus abuelos, los libros que amaba, atesoraba y sabía casi de memoria, sobre todo los antiguos periódicos de Cumaná, entre ellos los de mi padre el Disco y el Sucre, Boches de Flores, los periódicos de Silverio González: La Diana y El Cumanés; La Constitución, de Federico Madriz, El Renacimiento de Juan José Acuña, Los Trabajos del padre José Antonio Ramos Martínez, Francisco Javier Yánez, el Consectario de la Ciudad de Cumaná de Antonio Patricio de Alcalá y Pedro Elías Marcano, Historia de las indias de Bartolomé de Las Casas; Las Décadas de Anglería, Antonio de Caulin, y pare usted de contar, que son tantos que llenaría esta plana y no hablaría de otras cosas.

Ese era su arsenal bibliotecario, y de allí emanaba su sabiduría en la Historia de Cumaná, que la llevó luego a estudiar también la Historia de Venezuela de José Gil Fortoul, Level de Goda, Baralt, y cuanto libro cayó en sus manos, y digo estos nombres porque eran los que ella recomendaba.
Y de toda esa sabiduría, porque sabía más que nadie, también la conocía su maestro y guía, el Br. Luis Beltrán Sanabria, Director del Liceo Antonio José de Sucre de Cumaná, el que, después de saber la muerte del padre de Zenaida, decidió ayudarla pensando que ella quedó huérfana y desprotegida, y A LA EDAD DE 19 AÑOS, fue llamada por su amado maestro, para representar e impartir las lecciones de historia de Venezuela y del Mundo, como profesora titular de la Cátedra de Historia; y desde ese momento expandió sus alas ese ángel tutelar del pueblo de Cumaná.
Zenaida fue mi maestra de Historia en tercer año de bachillerato, en 1947 a 1948. ¡Qué bella maestra de sonrisa dulce y virginal!, ¡Quien no amó a Zenaida!, ¡Quien no la tomó como modelo de inspiración!”
Señaló  Don Marco Tulio Badaracco que en su Blog:cronistadecumana.blogspot.com, hay fotos de Zenaida bailando con él y también tiene un conjunto de poemas, de los cuales hay uno dedicado a Zenaida:
Bella la maestra con sus
palabras de amor.
Nos enseña cada día
 cada hora, en todas partes:
Nosotros sus alumnos
 devotos la escuchamos,
Veneramos su sabia elocuencia,
 su intención.
Cada consejo de ella
 es como un evangelio de Juan.
Nosotros somos como Jesús
niño perdido en el templo;
Nuestro espíritu se eleva, 
se enriquece con su ejemplo.
Somos árboles sembrados
en el suelo fértil de Canaán.
Dulce maestra de divino acento,
de inmaculada presencia:
¿Eres acaso un ángel del Señor
 enviado para alumbrarnos
Cuando en camino largo
se agoten nuestras pocas fuerzas?
Sabemos que el mismo Dios
 es la palabra, que en tus labios
Se convierte en el pan eterno,
inagotable de la sabiduría.
Llena nuestros corazones, con tu fe. 
Danos siempre de tu pan.


SOCIEDAD BOLIVARIANA

Otro aspecto por resaltar entre las actividades de Zenaida Varela fue su participación en la Sociedad Bolivariana. El testimonio de nuestro cronista Ramón Badaracco es elocuente:
“Debo recordarles que en ese tiempo yo era candidato a la presidencia del Liceo por el movimiento socialcristiano (AJI) que ya se proyectaba en la lucha política”.
Comentó nuestro cronista que en su poemario Formas, publicado en 1997 aparece una fotografía –la única que aparece en el libro- de Wilfredo Grau, “hermosa y pintoresca” de Zenaida bailando con él, en el evento que se realizó en Cumaná en 1995, el gran Congreso de la Sociedad Bolivariana de Venezuela. Agregó el autor:
“Las damas de la Sociedad Bolivariana de Cumaná lo aportaron todo, mi hija Diana María con Teresita Lucero, se encargaron de las comidas y bebidas; la historia de este evento es para escribir una obra completa y, faltarían páginas para contar las proezas de cada una de las damas y de muchos dirigentes, que tambien los hubo, pero ese material será para otra oportunidad.
Sin embargo, tengo que agregar que las delegaciones de toda Venezuela, estuvieron tan satisfechos de todos los eventos que se les ofreció, que hombres sabios como don Mario Torrealba Lossi, Vinicio Romero, José Antonio Escalona Escalona, etc. me invitaron a acompañarlos en la directiva Nacional de la Sociedad Bolivariana, como primer Vicepresidente, en las planchas de candidatos para las elecciones de ese año, y las ganamos, y posteriormente, estando el Coronel Castillo Máchez, de Presidente, fui honrado en dos oportunidades, cuando fui seleccionado para pronunciar los discursos más importantes de la Sociedad Bolivariana, el del 19 de abril y el del 17 de diciembre, en la sede de la Sociedad Bolivariana de Venezuela en Caracas, y también fui condecorado con la Orden del Libertador en el grado de Comendador.
[…] Otra de sus hazañas en este pueblo milagroso es la resurrección de la Sociedad Bolivariana de Cumaná. Zenaida recibió de Monseñor Parra León, la Presidencia de dicha Sociedad, que estaba prácticamente arruinada; ella logró el milagro, la puso a andar: “Surge et ambula”: llamó a personas como el Dr. Martínez Navas, Dr. Julio Fuentes Serrano, Dr. José Mercedes Gómez, Dr. Rafael José Gómez, Señor Jesús Berrizbeitia Madriz, Dr. Julio Mario Fernández, etc., etc. y también me llamó a mí, después, cuando decidió colgar los guantes en dicha sociedad, y renunció a su investidura, y para que estuviera a su lado. Me dijo:
“Ramón tu padre fue el primer Presidente de esta venerable institución, yo no puedo seguir al frente, ya tengo dos periodos y no quiero eternizarme en ese cargo; tú tienes que continuar esta historia, no puedes fallarle a Cumaná, es un compromiso histórico, y lamento decirte que tienes que hacerlo todo ad honorem”.
Y así fue, que, en 1979, sustituí al Dr. Martínez Navas, en la Presidencia, y me encargué de la Sociedad Bolivariana,  […] estuve al frente de ella por 20 años, y fui llamado a Caracas y participé con Líderes como Mario Torralba Lossi, con quien compartí el gobierno en calidad de Primer Vicepresidente, y sigo siendo miembro de la directiva nacional, en calidad de Consejero, y recientemente me han llamado para reorganizarla. Ahora soy Presidente Honorario en Cumaná.  Me unió un lazo de afecto, con el anciano maestro Don Adolfo Romero Luengo, padre de Vinicio Romero y su gratísima esposa Carmen, formidable líder recientemente fallecida. Don Adolfo me regaló un libro inédito: La Exaltación del Mariscal en la palabra musical de Yepes Trujillo: libro lleno de amor y poesía, que conservo como un relicario[…]

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