viernes, 26 de septiembre de 2014

CRÓNICA DE LO COTIDIANO

OCTAVO ANIVERSARIO DEL CENTRO DE ESTUDIOS CARIBEÑOS:
Conversatorio del "Día Internacional de la Mujer"
 Mujer y Literatura
Cumaná 27 de marzo de 2014
(continuación)
Por:
Dra. Norys Alfonzo,  MSc. Ma. Carolina Caraballo, Dra. Magaly Guerrero, 
Equipo de Investigación del Centro de Estudios Caribeños
 de la Universidad de Oriente
Diseño y montaje: Marlene Soto



Foto: Lcdo. Rubén Guerra
En segundo lugar, expuso la escritora Esmeralda Torres. Para ella hubo cuatro momentos fundamentales en su vida que influyeron en su vocación literaria:


a.  El acercamiento a la lectura: Para ella es difícil que exista un escritor que no sea lector. Los libros de colección fueron su fuente de lectura en esta etapa inicial, aunado a la actividad de la madre, quien le contaba cuentos en las noches. Un momento crucial para ella fue cuando en unas vacaciones su madre le recomendó dos libros, de los cuales uno le pareció triste, Marianela, del español Benito Pérez Galdós, mientras que Cien Años de Soledad, del autor colombiano Gabriel García Márquez, le pareció ameno.

b.  El Tratado de la envidia: A través del recuerdo de una compañera de bachillerato que escribía muy bien pudo constatar que sí se podía ser lectora y escritora a la vez.

c.  La Universidad de Oriente: En los pasillos de la Mención de Castellano y Literatura entró en contacto con personas con intereses literarios, lo que le sirvió de estímulo para continuar con sus actividades en el mundo de la literatura.

Foto: Lcdo. Rubén Guerra
d.  Talleres de Escritura: El escritor Rubi Guerra fue de gran influencia, a través de los talleres literarios en la Casa Ramos Sucre. Allí pudo compartir con otros sus escrituras y lecturas. Así se fue acercando a la literatura.

 Finalizó su conversación afirmando que no hay nada que la separe de la escritura: no hay marido, hijos, obstáculos para escribir si hay conexión especial con la creación.



La tercera  intervención  fue llevada a cabo por la profesora Sandra Bruzual:

Señaló que ha habido muchos cambios en su vida. Comenzó a escribir en la Universidad. Sin embargo, la lectura se incentivó en su infancia cuando robaba las novelas de vaqueros que leía su padre y ella se preguntaba “¿Qué tendrá de bueno el libro que atrae a papá?.

Su vida cambió cuando ingresó en la Universidad del Zulia. Iba a estudiar Idiomas pero optó por la carrera con menos demanda: Letras. Allí conoció a los escritores Hernor Rivera, César David Rincón, Victor Fuenmayor, profesores y escritores reconocidos que incentivaron en ella el entusiasmo por el acto de escribir.

El contacto con el recital poético en donde Lydda Franco era la figura principal, también fue una actividad estimulante para su escritura. Luego vinieron las revistas literarias y los concursos literarios.
Foto: Lcdo. Rubén Guerra

La experiencia en Cumaná fue de extrañamiento: sin amigos, sin con quién compartir, hasta que se dio la actividad de los talleres literarios en la Casa Ramos Sucre. Allí conoció a Adriana Cabrera, Rubi Guerra, Osvaldo Acevedo, entre otros. Esto significó una gran experiencia en su formación literaria. Trabajó en la Dirección de Cultura del Estado hasta que ingresó a la UDO. Se atrevió a enviar sus trabajos en el Concurso literario de los profesores.

La vida le ha dado unos golpes terribles que la mantuvo alejada de la escritura por una temporada en la que se dejó arropar por la cotidianidad, el trabajo y los hijos. Ya se ha alejado del tema de la muerte. Haberlo superado le ha ayudado a escribir de nuevo, ahora desde el erotismo. Lectora de literatura de mujeres, le ha llamado la atención su atrevimiento en la escritura. No es fácil expresar el erotismo, es más difícil que expresar la sexualidad. Para finalizar, expresó que la palabra de los poetas muchas veces es profética.

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